Lo de ir a los Almendros de Almaraz es cosa de
todos los años, pero este se han adelantado un poquillo.
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La primera parada tuvo lugar en nuestra playa
favorita sobre el Duero. ¿Adivináis qué falta?
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Estábamos pensando en darnos un bañito, pero el
agua parecía estar algo fría.
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Que si tú primero, que si yo...
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Al final decidimos que aquello se parecía al
planeta de los simios, y que cualquiera se metía.
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Y a mí que me sigue dando en la nariz que aquí
falta algo...
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Las pesquisas sobre si aquello era o no el
planeta de los simios continuaban, pero no éramos capaces de ponernos de
acuerdo.
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El caso es que alguno recordaba que en vez del
molino lo que tenía que aparecer allí era parte de una estatua que hay
payá pa los EEUU.
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Un lugar ideal para pasar el rato, al que todavía
no han llegado los envoltorios de hamburguesa del Mc Donald's
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¿A que no acertáis quién es el fotógrafo
habitual?
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Y por fin llegamos a la ermita y nos encontramos
donde más nos gusta: En la puntarriba de un cerro con unas hermosas vistas
a los meandros que, a la altura de unos kilómetros antes de su
desembocadura, describe el caudaloso Duero.
Por cierto, en la foto de la izquierda sigue faltando algo.
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Y eso es tó, eso es tó, eso es todo amigos... |