EL CUBO DEL VINO

con Amigos de la Bici Salamanca



SEPTIEMBRE 2004




Los caballeros de la Rueda Redonda tenían una nueva misión, aún más complicada que las anteriores.


La difícil tarea requería de todos los medios a su alcance, sin reparar en gastos.



Todo comenzó en Ocellum, para después trasladarse a Helmántica.


La orientación era difícil, y las veredas estaban rodeadas de peligros.



Así que convenía hablar y trazar un plan. La comunicación era fundamental.


Mientras los capos decidían, el resto de los caballeros y caballeras aguardaban pacientemente.



Pronto se pusieron nuevamente en camino, eligiendo la vereda más visible.


Los peligros les acechaban, pero no eran conscientes de su presencia. Su valor y arrojo eran indudables.


Algunos valientes (yo más bien diría inconscientes) habían prescindido de la parte fundamental de sus armaduras


Mientras otros protegían adecuadamente sus cabezas para mejorar su supervivencia.


Nadie sabe qué puede pasar


Y algunos incluso comenzaron a ver doble, aunque fuera por poco tiempo.


Por fin llegaron a Cubum Vinii, lugar donde antaño asentaron poderosas legiones galas.


Y donde los habitantes se habían retraído ante la masiva afluencia de caballeros de la Rueda Redonda.



La búsqueda continuaba, y por fin algunos lugareños decidieron asomar a ver qué ocurría.


Los vehículos fueron aparcados en una zona de solaz y esparcimiento


Y la visita la cueva se hizo inevitable. ¿Estaría allí la terrible Oga?


Otros caballeros y caballeras acudían por otro camino encontrándose con endiablados cacharros productores de ruido y polvo.



Sabedores de que la Oga no se oculta tras las encinas nuestros caballeros pudieron descansar plácidamente


Pero el camino era largo y tenían que proseguir


Así que prosiguieron


Y prosiguieron. Es como si el tiempo hubiera vuelto atrás


Como si por aquí hubiesen pasado antes de llegar a Cubum Vinii


Una y otra vez


Y de repente, sin saberse por qué mágico encanto, aparecieron nuevamente en la zona de solaz y esparcimiento


Quizás todo se debiera a ese artilugio mágico que este poderoso caballero porta en su mano



Una y otra vez el tiempo parecía ir adelante y atrás


Hasta que hizo su aparición el inevitable barro



Alguno se alegró cuando supo que ni siquiera en septiembre los caballeros se libraron de embarrarse


Aunque no fuese hasta las orejas, pero volvían una y otra vez...


Alberto empezaba a desesperarse. Una y otra vez el tiempo parecía ir hacia atrás



Y nuevamente se veían parados en una encrucijada. ¿Llegarían alguna vez a Cubum Vinii? ¿Tal vez ya habían llegado? ¿Habría confusión en el tiempo?


Lo mejor sería consultar el mapa



Y entrar por el camino correcto. Tal vez fuese este


Pero no, no parece ser Cubum Vinii



Ni esto, más bien es un maizal. ¿Estará aquí la terrible Oga?


Los caballeros de la Rueda Redonda, poderosos e infalibles.


Con un sentido de la orientación fuera de toda duda, pero incapaces de encontrar Cubum Vinii


¿O tal vez aquel pueblo que visitaron anteriormente no fuese Cubum Vinii?


Quizás el malvado sabio Orejón hubiese confundido sus entendimientos y su proverbial sentido de la orientación se hubiese confundido



Y, de repente, sin saber muy bien por qué, aparecieron nuevamente en Cubum Vinii, el lugar donde las poderosas legiones galas pararon un mes de agosto


Y en la zona de sosiego se permitieron el lujo de merendar sin temor a ser envenenados por el sabio Orejón.


Merendaron, merendaron y merendaron


Y se pusieron como el quico a pesar de que, por un error de cálculo, las viandas parecían ser escasas para tanto caballero.



Y eso que faltaba el que esto escribe que también se habría puesto como el quico.


En todo caso, siempre nos quedará la duda: ¿Cubum Vinii o el Caribe? Eso de merendar en Santo Domingo crea sus dudas.


Así que había que volver, y esta vez el grupo se dividió.


Unos se dirigieron hacia Helmántica y otros hacia Ocellum


Una vez más, habían sobrevivido a las caídas, los abrojos, los forúnculos y los caminos. Habían triunfado.